Matcha terrine

La matcha terrine es un postre sencillo de realizar pero que depende mucho de la cocción adecuada para alcanzar un buen resultado. Su textura cremosa, casi como un ganache horneado, y su color verde intenso hacen que cada porción parezca una pequeña joya.

Aunque su nombre suena francés, esta receta es en realidad una creación japonesa contemporánea inspirada en la terrine au chocolat de la pastelería clásica francesa. En Japón, los pasteleros reinterpretaron el formato con su particular sensibilidad: aplicaron la técnica francesa, pero reemplazaron el cacao por matcha, ese polvo verde vibrante que encarna siglos de tradición y ceremonia.

El resultado es un postre minimalista y elegante, con un equilibrio perfecto entre la untuosidad del chocolate blanco y la intensidad amarga y herbácea del matcha.

Se hornea a baja temperatura, se enfría completamente y se corta en rebanadas, donde cada una concentra toda la esencia del té verde.

La matcha terrine representa a la perfección la identidad de la pastelería moderna japonesa: el encuentro entre la técnica francesa y los sabores japoneses.

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RECETA MATCHA TERRINE

INGREDIENTES PARA MOLDE BUDINERA DE 16cm x 7 cm

• 100g mantequilla sin sal

• 200g chocolate blanco

• 16g matcha

• 130g huevos

• 110g crema de leche

• 30g de azúcar

PROCEDIMIENTO:

1. Prepara el molde: UtilizA un molde rectangular de aproximadamente 16 cm x 7 cm. Forralo con papel de hornear, asegurándote de que sobresalga un poco por los bordes para facilitar el desmolde.

   
   

2. Precalienta el horno. Enciende el horno a 130°C (o 140 °C si tienes un horno a gas). La terrine necesita una cocción suave y pareja, sin exceso de calor.

   
   

3. Derrite los ingredientes grasos. En un bowl resistente al calor, colocá chocolate blanco picado y la mantequilla. Llevá a baño María o al microondas en intervalos cortos hasta fundir completamente. Mezcla hasta obtener una emulsión lisa y brillante.

   
   

4. Tamiza e integra el matcha. Mezcla bien para disolver completamente. Este paso es clave: el matcha no debe tener grumos, ya que eso afectaría tanto la textura como el color final.

   
   

5. Mezcla la crema con el azúcar y calienta un poco para disolver el azúcar. No permitas que la mezcla hierva.

   
   

6. Si la crema está muy calienta deja enfriar un poco (debe sentirse tibia al tacto, alrededor de 40°C). Agrega la crema de leche tibia al chocolate fundido, en tres adiciones, mezclando con espátula o batidor de mano para mantener la emulsión. La mezcla debe quedar homogénea y brillante.

   
   

7. Añade los huevos. Bate ligeramente los huevos (sin incorporar aire en exceso) y agregalos en tres partes a la mezcla, integrando bien después de cada adición. La idea es mantener una textura fluida y uniforme, sin burbujas.

   
   

8. Cuela la mezcla. Pasa la preparación por un colador fino o tamiz para eliminar cualquier partícula de matcha o de huevo coagulada. Este paso asegura una textura ultra suave en el resultado final, además de eliminar burbujas de aire.

   
   

   

   
   

9. Vierte y hornea a baño María. Vierte la mezcla en el molde preparado. Golpea el molde y haz temblar un poco la mezcla para eliminar burbujas de aire. Utiliza una fuente de horno para la cocción a baño maría. Coloca un paño de cocina en la fuente, luego el molde con la terrine y entonces llena con agua caliente que llegue hasta la mitad de su altura. Horneá durante 25 a 35 minutos, dependiendo del horno. El centro debe quedar apenas firme pero al mover el molde debe temblar.

   
   

   

   
   

10. Enfría y reposa. Deja enfriar a temperatura ambiente. Luego cubre con film el molde y lleva a refrigerar por un mínimo de 6 horas, idealmente toda la noche. Este reposo permite que la textura se asiente y alcance su cremosidad característica.

    
    

    

    
    

11. Desmolda y sirve. Desmolda con cuidado, retirando el papel de hornear. Corta las rebanadas con un cuchillo bien afilado y caliente (pasado por agua caliente y secado entre cada corte). Puedes servir sola o acompañada de crema batida o helado de vainilla para equilibrar el amargor del matcha.